Grandes películas: «Tomates verdes fritos»

A lo mejor os sorprende esta elección porque no hablamos de una película épica, y seguramente tampoco estará en las listas de los «clásicos» del cine, pero me encanta, y cada vez que la veo me sigue emocionando.

De hecho, me gusta tanto, que me he liado a escribir y a escribir, y me ha salido un post realmente largo. ¡Espero que no demasiado! A ver qué tal sale… ¡Empezamos con «Tomates verdes fritos«!

Cuando vi esta película tendría 15 ó 16 años. Me encantó. «Tomates verdes fritos» se convirtió en ese momento en una historia perfecta, una de mis películas favoritas. Así, de primeras, me gustó que tuviera dos tramas paralelas, entre las que íbamos saltando, también tocaba el tema del racismo y el Ku-Klux-Klan, había un asesinato ¡y hasta un juicio! Pero por encima de todo, y después de verla algunas veces, lo esencial de esta película son dos cosas: tiene historias con «un algo» que te cautiva y es un himno a la amistad.

Con esos ingredientes, ¿cómo no iba a gustarme? ¡Si era completísima! Enseguida compartiré con vosotros algunos de sus mejores momentos y de esos detalles que la hacen única, pero antes, y por si alguno aún no ha visto esta joya, aquí va el resumen.

Para los que no la hayáis visto (y no será porque no la han echado mil veces en televisión), «Tomates verdes fritos» cuenta la historia de Evelyn, una mujer de unos 45 años, insegura, que no para de engordar y cuyo matrimonio ha caído en la rutina. Por una coincidencia, Evelyn conoce en una residencia de ancianos a la señora Ninny Threadgood, que además de ayudarla con sus problemas, le va contando la vida de sus amigas Idgie y Ruth, en torno al café de un pequeño pueblo llamado Whistle Stop en la Alabama de los años 30.

Tomates verdes fritos - parejas - descartesnofuealcine.es

Con cada visita que Evelyn hace a la anciana, ésta va contando el devenir de Idgie y Ruth y, mediante flashbacks, volamos a esa época sumergiéndonos en la amistad profunda, en el amor de esas dos mujeres, junto con pequeñas historias que aparecen en distintos momentos de la acción.

Estos relatos, estos pequeños cuentos que surgen en la trama, y que en realidad no aportan datos imprescindibles para el desarrollo de la historia principal, son lo que -en mi opinión- convierten a esta película en especial. Los cuentan los distintos personajes, y simplemente son fantásticos. Aquí van los dos más importantes:

– el que cuenta Buddy a su hermana pequeña Idgie para convencerla de bajar del árbol, diciéndole que Dios puso un granito de arena dentro de una ostra para hacerla especial, y ese granito de arena terminó siendo una bonita perla,

Tomates verdes fritos - Buddy Idgie 2 - descartesnofuealcine.es– y el que Buddy, junto con Idgie, cuenta a Ruth, mientras pasean enamorados, acerca de un lago con patos que, de pronto, se congeló. Más adelante veremos mejor esta historia, que se convierte en la «banda sonora» de una de las escenas más imponentes de la cinta.

Tomates verdes fritos - paseo - descartesnofuealcine.esEstas historias son contadas en varias ocasiones a lo largo de la película, y cuando las oímos de nuevo, se nos despierta una sonrisa porque ya son algo casi nuestro. Ellas ayudan a que los personajes se conviertan en algo cercano, que sean uno más, que nos importe aquello que les pase. Eso, en una película, es fundamental.

Estos personajes son fundamentalmente cuatro: en la Alabama actual están Evelyn y la señora Threadgoode y en la de los años 30, Idgie y Ruth. Las dos tramas están muy bien sincronizadas, dando siempre la primera muy bien el paso a la segunda. Sin embargo, lo que siento mientras veo la historia de la anciana y su amiga Evelyn es que tengo muchas ganas de volver a la de Idgie y Ruth. La relación de amistad (que bajo mi punto de vista desemboca en una de amor) entre estas dos mujeres se convierte en una especie de imán del que no podemos separarnos.

Ambas parejas son fantásticas. Por un lado, Evelyn con su inseguridad inicial que, gracias a los relatos de la señora Threadgoode, se va convirtiendo en una mujer fuerte y decidida, en una Idgie contemporánea. La anciana Ninny, de aspecto débil y vulnerable, pero que transmite toda la fuerza y vitalidad a los relatos que cuenta a su nueva amiga, y que esconde un misterio que no se desvela hasta la escena final de la cinta.

Tomates verdes fritos - Ninny Evely 2 - descartesnofuealcine.es

Por otro lado, las dos grandes de la película, Idgie y Ruth, dos mujeres completamente distintas que, tras un verano juntas, cambian su distancia inicial por una amistad a prueba de bombas. Idgie se nos presenta como una especie de Tom Sawyer asilvestrado y rebelde, que sufre terriblemente con la muerte de su hermano Buddy. Para sacarle de ese estado de soledad e independencia aparece Ruth, que también sufrió la pérdida de Buddy, pero que es el contrapunto dulce y sensato a una Idgie bruta y precipitada.

Tomates verdes fritos - Idgie Ruth cocina - descartesnofuealcine.es

Hay una escena del inicio de la amistad entre ambas que me parece genial. Cuando la vi por primera vez recuerdo que pensé que estaba viendo algo bueno de verdad. Se trata del momento en que Idgie convence a Ruth para montarse en un tren en el que hay almacenada comida y, cuando el tren se pone en marcha, la lanzan a hombres, mujeres y niños hambrientos. La cámara -en constante movimiento- retrata el agradecimiento en las caras de esas personas, con la voz de una mujer cantando de fondo. Impresionante. Aquí os pongo el enlace en el punto exacto. No es más de un minuto, haceos ese regalo:

Como buena historia que es «Tomates verdes fritos«, sus personajes secundarios son sólidos y tienen personalidad. No son meros bultos que desfilan ahí al fondo, sino pilares que soportan la credibilidad de lo que cuenta la película. Ahí tenemos a Ed, el marido de Evelyn, ajeno a los problemas de autoestima de su mujer y que sólo demuestra pasión por el fútbol; los trabajadores negros del café: el gigantesco Big George y la menuda Sipsey, parte esencial del desenlace; el reverendo Scroggins, el sheriff Grady o el viejo Smokey, todos ellos con pequeñas pero ajustadísimas interpretaciones.

Tomates verdes fritos - secundarios - descartesnofuealcine.es

Si la actuación de todo el reparto es excelente, también lo es la ambientación de cada época en que transcurre la película. Así, la acción que transcurre en la década de 1930 resulta absolutamente creíble. Nunca hemos estado en un lugar así, no nos ha tocado vivir esos años, pero podemos sentir cómo sería andar por una calle sin asfaltar y llena de barro, sufrir el calor en ese local en el que juegan a cartas las protagonistas, o el miedo al sentir que miembros del Ku-Klux-Klan se acercan al pueblo con antorchas golpeando al bueno de Big George.

No sé por que será, pero esas películas en las que esa gente quemaba cruces con la excusa de la superioridad de la raza blanca siempre me han generado mucha curiosidad (un ejemplo excelente sería «Arde Mississippi«, de Alan Parker). Probablemente será por lo ajeno que resultan esos hechos con la tranquilidad de donde vivo. Así que si a ese atractivo le sumábamos un juicio por asesinato en mitad de la película, con su jurado, su abogado que deambula por la sala, y los ventiladores girando en el techo, pues resulta un conjunto que directamente fascina. ¿Cómo no va a hacerlo? ¡No hay nada más clásico!

Tomates verdes fritos - juicio - descartesnofuealcine.es

Como os decía más arriba, la parte que encuentro más importante de la película son las historias que hay dentro de la narración. Y entre esos relatos, se encuentra la historia del lago y los patos. Este breve cuento se convierte en el hilo conductor de dos momentos importantes de la película, ambos previos a momentos trágicos: la muerte de Buddy y la muerte de Ruth.

En el primero, cuando el hermano de Idgie –Buddy– coquetea con Ruth mientras le cuenta esta historia, estamos en un momento alegre, hay vida en él (una cascada de agua sobre la que caminan), hay color (las rocas, el agua, los árboles, el cielo, la sombrilla roja de Ruth), hay amor, hay alegría. Nada hace presagiar que un par de minutos más tarde Buddy sufra un accidente que acabe con su vida. Por cierto que ese plano del paseo es una preciosidad: podemos ver una diagonal perfecta en la pantalla formada por la línea de la cascada, dando total profundidad al plano.

Tomates verdes fritos - cascada - descartesnofuealcine.es

La última vez que se cuenta esta historia en la película es Idgie quien lo hace, y se la cuenta a Ruth. Aquí ya no está la vida del momento anterior, aquí estamos en una habitación más bien oscura y no hay alegría: es el momento de la muerte de Ruth. El único movimiento que vemos en pantalla es el del péndulo de un reloj que enfatiza aún más un ambiente que es angustioso pero también sereno. Es quizá el momento más triste de la película, pero para mí también es el mejor. Su estructura es más o menos así:

Idgie sabe que Ruth está muy enferma y, viendo que se acerca el final y temiendo no haber dicho a Ruth todo lo que siente, le dice:

¿Sabes…? Hay tantas cosas que quiero decirte…

Tomates verdes fritos - muerte Ruth - descartesnofuealcine.es

Ruth, que no quiere que su amiga se ponga triste, intenta alejar la pena diciéndole:

Me gustan tus historias, cuéntame una de tus historias, encantadora de abejas.

Tomates verdes fritos - Ruth enferma - descartesnofuealcine.es

A continuación vemos a Ruth en cama en primer plano, más allá el reloj de pared con su péndulo y su tic-tac y, al fondo Idgie, de espaldas, mirando por la ventana contándole la historia:

Hace tiempo había un lago y estaba muy cerca de la ciudad y solíamos ir a pescar, a nadar y a navegar, pero un mes…, un mes de noviembre vino una enorme bandada de patos y se posaron sobre el lago y… y la temperatura bajó tan deprisa que el lago se heló al instante. Entonces los patos se fueron, se fueron volando y se llevaron el lago con ellos. Ahora dicen que ese lago está en algún lugar de Georgia.

Tomates verdes fritos-patos - descartesnofuealcine.es

Conforme Idgie cuenta la historia, Ruth muere sin darnos cuenta, y mientras le llora su amiga, aparece Sipsey tapando con telas oscuras las fotografías en las que aparece Ruth, detiene el péndulo del reloj y, abrazando a Idgie, le dice:

Cálmese, señorita, déjela marchar. La señora Ruth era una dama y una dama siempre sabe cuándo irse.

Tomates verdes fritos - Ruth era una dama - descartesnofuealcine.es

El momento en que Sipsey detiene el péndulo del reloj de pared es la mejor metáfora de la marcha de alguien. Desde que vi esta escena, cada vez que veo un péndulo me acuerdo de Sipsey, triste, pero también serena.

Tomates verdes fritos-Sipsey reloj - descartesnofuealcine.es

Tomates verdes fritos - Péndulo - descartesnofuealcine.es

Es triste de verdad, pero en su quietud, en su tranquilidad desgarrada, es una escena hermosa. Es el contrapunto a la historia que al principio le contaba Buddy mientras paseaban en el río. La misma historia pero con dos ambientes opuestos. Aquí la tenéis, por si os apetece recordarla, son solo tres minutos:

Para subir un poco el ánimo, quería hablaros ahora de la novela en la que se basó la película y de una curiosidad sobre su autora. La novela, de título «Tomates verdes fritos en el café de Whistle Stop«, la escribió Fannie Flagg en 1991, y al poco tiempo se rodó la película.

Algún libro he leído que después fue adaptado al cine, y la sensación casi siempre es decepcionante: o el libro es mejor (suele ser lo más común), o la adaptación al cine mejora la novela (caso raro, pero alguno hay). En el caso de «Tomates verdes fritos«, diría que se da una tercera posibilidad: novela y película son excepcionales. La novela es una delicia porque la historia atrapa desde el primer momento por su estructura a base de saltos entre distintas épocas, recetas de cocina, o recortes de periódico. De verdad, si no la habéis leído, hacedlo: disfrutaréis una barbaridad y, además, veréis que la relación entre Idgie y Ruth es un poco diferente, os gustará.

Sobre la autora, y según veo en la página de la película en IMdB, figura como actriz con un pequeño papel. Aquí aparece junto con las protagonistas:

Tomates verdes fritos - Fannie y equipo - descartesnofuealcine.es

Y para terminar, os hablaré un poco del final de la película. A lo largo de la cinta vemos cómo la señora Threadgoode habla de Idgie y Ruth como de dos amigas, de dos personas de su pueblo. Sin embargo en la escena final descubrimos que esa anciana, la débil Ninny Threadgoode, no es si no Idgie, la misma Idgie vivaz e impulsiva que lloraba la muerte de su amiga.

Tomates verdes fritos - Ninny final - descartesnofuealcine.es

En este último momento de la película descubrimos que ambas son la misma persona cuando deja un tarro de miel a los pies de la tumba de Ruth con una nota que dice: «Siempre te querré. Firmado, la encantadora de abejas

Tomates verdes fritos - final - descartesnofuealcine.es

Tomates verdes fritos - nota - descartesnofuealcine.es

Es un final que reúne mil sentimientos: alegría por saber que Idgie vive, sorpresa por descubrirlo en el último momento, pena por saber que la anciana (ya Idgie) ha perdido su casa en Whistle Stop, pero también esperanza porque inicia una nueva vida junto con Evelyn, una nueva Evelyn segura de sí misma y agradecida por todas las historias que le transmitió su amiga.

A este agradecimiento -casi alivio- le responde la señora Threadgood con dos frases que resumen perfectamente esta joya de historias y amistad:

Me siento mejor ahora. Me siento mejor porque todas esas personas vivirán mientras estén en tu memoria.

y

¿Sabes qué es lo mejor que puede darnos la vida» Amigos, buenos amigos.


«Tomates verdes fritos» («Fried Green Tomatoes«, Jon Avnet, 1991)


 

15 Respuestas

  1. Descartes dice:

    Pues no te imaginas cómo vas a agradecérmelo cuando la veas 😉

  2. Juan Enrique Cadiñanos dice:

    No la he visto, me la apunto.

    Gracia Crack

  3. ainhoa dice:

    A mí también me encantó. Me has refrescado la memoria y volveré a verla en cuanto me sea posible. Musus.

  4. Carmen dice:

    ¿Y no vas a decir nada de la novela original? Y… ¿no hiciste un trabajo para historia del cine sobre esta película? ¡Olé por tu selección!

  5. Edurne dice:

    Bonita peli, de las que te hacen dejar de hacer zapping cuando te la encuentras por algún canal. Hay un detalle en el personaje de Evelyn que me parece digno de comentar: su calzado… lo especificaré en la segunda parte del blog! 😉

  6. Juanjo dice:

    Maravillosa película. Una verdadera delicia. No te olvides de ensalzar la BSO. Está compuesta con mucha sensibilidad. Asimismo, rompo una lanza en favor de la escritura de más novelas como la que confeccionó Fannie Flagg. La he leído mil veces (y las que me quedan aún). Dos calificativos para esta película: deliciosa e imprescindible.

  7. Doyle Lonegan dice:

    Hoy mi aporte es de otras dos mujeres, siguiendo con la literatura, dejó dos nombres de grandes literatas con obra en el profundo sur: Flannery O’Connor y Carson McCullers, granderrimas las dos.
    Un abrazo Renato.

  8. Mónica dice:

    Brutal la entrada!! Me ha recordado un montón de cosas y ha hecho que me fijara en otras que se me habían pasado. Y además me han entrado muchas ganas de volver a ver la peli! Este fin de semana la veré para disfrutar más de la segunda parte del post!

  9. Edurne dice:

    Exacto! sufro cada vez que la veo con los pies embutidos en esos zapatitos tan diminutos!

  10. Descartes dice:

    ¡Qué ilusión me hace tu comentario, Mónica! Eso sí, te pido que cuando la veas, pongas tus impresiones, que igual nos abres los ojos a los demás 😉

  11. Descartes dice:

    ¡Qué casualidad que la vieses en Pamplona! Eso la hace todavía más especial, ¿verdad? 😀 Sobre si amistad o amor, yo me inclino por amor, pero sí que es un tema que queda abierto. En la novela queda todo mucho más evidente, pero en todo caso esa aparente indefinición siempre es un buen tema de conversación 😀

  12. lsw3 dice:

    Que emoción tu entrada! La primera (y por ahora única vez pero eso no se va quedar así!) vez que la vi era en Pamplona. Nos reunimos con amigos y la vimos porque un amigo tenia que escribir algo para una clase. Yo no tenia ni idea de que era y me quedé fascinada y emocionada. Me acuerdo que discutimos un montón después sobre la amistad (o amor?) entre las mujeres. Selección genial, ya tengo ganas de leer la próxima entrada. Un Abrazo, Lisa

  13. Gonzalo dice:

    Qué recuerdos me has traído con tu gran análisis de una película, que nunca tuvo su merecido reconocimiento.
    Una joya para volver a verla en cualquier momento.

  14. Elena dice:

    No os lo vais a creeer, pero toda mi vida oí hablar y mencionar la película y hoy 26 de marzo de 2017, la he visto por primera vez en paramount Chanel.
    Que vergüenza decirlo.
    Una película genial. Me encantó.
    Una de las mejores que he visto en mi vida.

  15. Descartes dice:

    Hola Elena. Alguna vez he pensado que me encantaría volver a ver por primera vez esta película, así que no es algo por lo que sentir vergüenza, sino de haber disfrutado una barbaridad de esta joya del cine. Me alegro que te gustara y que con los apuntes que aparecen en el post la hayas disfrutado un poquito más. Gracias por compartirlo con todos por aquí. ¡Saludos!