Reseña: «Ghadi»

Hoy os hablaré de una película que, a pesar de que tiene ya dos años, tenemos actualmente en nuestros cines. Se titula «Ghadi» y es del Líbano. Toda una sorpresa que quiero compartir con vosotros…
La película cuenta la historia de un padre que hace lo imposible para hacer que su hijo Ghadi, nacido con Síndrome de Down y que molesta al vecindario con sus continuos gritos, deje de ser visto como un demonio en ese barrio lleno de cuchicheos y superstición.
¿Y qué es lo que se le ocurre a este profesor de música? Convencer a todos de que su hijo no es un demonio, sino un ángel que ha venido a la Tierra para asomarse todo el día a ese balcón y ayudar a todos a cumplir aquello que más desean.
Sin desvelar más del argumento, no puedo sino recomendaros que vayáis a ver las andanzas de esta familia y de todo ese barrio. Los puntos interesantes que tiene son muchos. En primer lugar, ¿qué sabemos de esa cultura?, ¿cómo nos imaginamos un pueblo del Líbano?, ¿ruinas y disparos en medio del desierto? Sólo por sacarnos de esa imagen preconcebida (y completamente equivocada) que tenemos de esa zona merece la pena ver la película. La gente de ese barrio es como la de cualquiera de nuestros pueblos, con sus miserias y sus alegrías, con sus cotilleos y sus rutinas. La película presenta una sociedad que, gracias a la presencia de ese «ángel» en medio de ellos, mejora rápidamente: se ayudan entre ellos, dejan de criticar o de robar… en definitiva, un pueblo que comienza a entenderse.
Cuando veía esa transformación, me vino enseguida a la cabeza una película que siempre me encantó: «¡Qué bello es vivir!«, esa que siempre vemos en Navidad. Sí que es verdad que se nos presenta una manera un tanto «buenista» de ver el mundo y a los que estamos en él, pero ¿no necesitamos a veces ver el lado bueno de las personas? En aquella película George Bailey nos emocionaba y en esta lo hace el padre de Ghadi cuando se propone que el barrio vea a su hijo como alguien bajado del cielo, más todavía cuando el niño es ajeno a toda esta aventura.
Los personajes, como en toda película coral, son el fundamento de la acción: el viejo profesor, el peluquero, el policía, el carnicero, la vecina que hace conservas, la otra que tiene una hija en paro… Todos ellos parecen personas de la calle, verdaderos vecinos que no actúan, sino que sólo viven en el barrio con esa luz mediterránea que convierte a la fotografía en otra protagonista más de la película. La iluminación del pueblo, de las habitaciones y de los exteriores, es increíble, todo un trabajo por parte del director de fotografía, Karim Ghorayeb.
Así que, si tenéis un rato y queréis ver algo diferente, alejado de un cine más comercial al que podemos estar más acostumbrados, id a ver «Ghadi«. Seguro que salís de la sala contentos.
«Ghadi» (Amin Dora, 2013)
Wow, una entrada preciosa. Estoy tan feliz que escogiste algo tan interesante y importante. Y tienes toda la razón, nuestros imágenes de países así son muy equivocadas y que lindo que películas pueden ayudar con mejorar estas ideas que tenemos. La invitación de compartir, aunque sea solamente por unos minutos, una cultura diferente, un país diferente, la vida de gente que normalmente no conocería, es que me encanta de esta forma de arte.
Gracias, Lisa. Pues si tienes oportunidad de verla, hazlo. Seguro que la vas a disfrutar. Además, ¿cuántas películas libanesas has visto? En mi caso, «Ghadi» fue la primera 😀
¡Qué buena pinta tiene la película! Me ha gustado eso de plantearse qué sabemos del Líbano. Yo nada, la verdad. Así que está bien ver cosas diferentes con las que podemos aprender de otros mundos.
Es la sensación con la que salí yo de la sala. Ya comentarás por aquí si la ves…
¡Saludos!