Grandes escenas: «Parque Jurásico»

Parque Jurásico - Helen Hunt Sam Neill

Era 1993, más concretamente, septiembre. Yo empezaba mi último año en el colegio y recuerdo con toda claridad el que fue el acontecimiento del año: el estreno de «Parque Jurásico«. Desde entonces hemos asistido a estrenos parecidos como el de la saga de «Harry Potter» o las precuelas de «Star Wars«, pero aquel 1993 fue para mí la primera vez que vivía un evento semejante.

En las noticias se llevaba meses hablando de eso y en las revistas de cine se iban publicando fotos con ese logo negro amarillo y rojo que sólo despertaba curiosidad. ¿Dinosaurios? ¿Vivos? Desde luego que los que diseñaron la campaña de publicidad sabían lo que hacían y conmigo lo consiguieron del todo: cuando entré en la sala me moría de ganas de ver la película y sólo puedo decir que fue algo impresionante…

Ilusión, aventura, magia y sorpresa definen «Parque Jurásico» y la escena que ahora veremos es el ejemplo perfecto. Hasta este momento de la película, habíamos asistido a un viaje en helicóptero entre montañas hasta llegar a la isla Nublar, habíamos conocido a los protagonistas y ya habíamos visto el famoso logo y un poco del parque, pero de dinosaurios todavía nada de nada: notaba crecer mi expectación…

Parque Jurásico-jeep - descartesnofuealcine.es

Pero entonces, la excursión en jeep que dirige el dueño del parque, John Hammond, se detiene y el doctor Alan Grant, el experto en huesos de dinosaurio, se quita el sombrero, se pone de pie en el coche, se quita las gafas de sol, gira la cabeza de la doctora Ellie Satler y con una mezcla entre entusiasmo e incredulidad, ambos se quedan con la boca abierta. «¡Ahora! ¡Tiene que ser ahora!«, pensé. Ese tenía que ser el momento para ver por fin a esos tremendos bichos. Y efectivamente, frente a los protagonistas se nos aparece un gigantesco diplodocus, de lo más entretenido, comiendo hojas de las copas de los árboles.

Parque Jurásico - diplodocus - descartesnofuealcine.es

Con las notas que después se hicieron famosas, el tema de John Williams empieza a sonar, cada vez más alto y los planos que nos muestran desde abajo a ese animal que se suponía extinguido, la emoción aumenta y aumenta. Pero, ¿cómo es posible? ¡Ahí delante tenemos un dinosaurio! ¡Es de verdad! La textura de esa piel gris parece real, lo mismo que el ruido que hace al caminar, todo es increíble… No estamos delante de una de esas películas en las que se notaba que todo era falso, que todo era de «cartón-piedra». No, aquí había realidad, aquí Steven Spielberg nos convencía de que su «Parque Jurásico» tenía tiranosaurios, velociraptores, triceratops y esos pequeñajos que escupían algo negro y te dejaban ciego.

Parque Jurásico-increíble - descartesnofuealcine.es

Con esta escena, el doctor Hammond nos mostraba su parque en todo su esplendor y, a la vez que a sus invitados, nos daba oficialmente la bienvenida:

«Doctor Grant, querida doctora Satler, bienvenidos a Jurassic Park»

Los espectadores aplaudíamos emocionados en la sala viendo cómo algo imposible ocurría delante de nuestros ojos. Nunca olvidaré ese momento en esa sala que actualmente ya no existe.


«Parque Jurásico» («Jurassic Park«, Steven Spielberg, 1993)


 

3 Respuestas

  1. lsw dice:

    Gracias por traer me esa escena, ni había dado cuenta tan así que es el primero momento en que vimos dinosaurios porque vi las películas afuera del orden, primera la tercera porque se estrenó en la cine. Pero claro, como tu lo describes tiene que haber sido un momento increíble de ver esas criaturas en la pantalla grande…

  2. descartes dice:

    Yo las vi en el orden en que fueron apareciendo y desde luego que me quedo con la primera parte. Y así de emocionado lo viví en aquel 1993