Grandes frases: «La lista de Schindler»

La fascinación que tengo hacia Steven Spielberg y sus películas hace tiempo que dejó de ser un secreto. De hecho me doy cuenta de que este director y sus películas son de las búsquedas que más se hacen en el blog y sus posts son los más compartidos en las redes.
Por eso esta semana y después del aluvión de amigos que se unieron al blog durante los últimos días, vuelvo con el señor Spielberg y una de sus películas más celebradas. Con ella ganó ya no sólo 7 premios Óscar, sino también el respeto que hasta entonces no todo el mundo le tenía, al considerarle únicamente alguien con cierto talento en las películas de entretenimiento.
Con «La lista de Schindler» Steven Spielberg nos mostró con toda crudeza, pero también con mucha sensibilidad, el horror del holocausto judío en la Segunda Guerra Mundial. Y en todo ese universo, nuestra atención se centraba principalmente en tres personajes.
Por un lado, el empresario Oskar Schindler que, de vivir cómodamente buscando únicamente el placer, vimos cómo se transformaba hasta el punto de arriesgar su propia vida salvando la de cientos de judíos, trabajadores de sus fábricas.
En segundo lugar, el despiadado comandante de las SS, Amon Goeth, para quien la vida de un judío no valía más que la de un animal y que conseguía ponernos la piel de gallina cuando, desde su habitación del campo de concentración de Auschwitz, decidía quién de todos los prisioneros sería la próxima víctima de su puntería.
Y por último, el contable de Oskar Schindler, el riguroso y agradecido Itzhak Stern. que descubre que lejos de la aparente frivolidad del empresario, se esconde una bondad que terminaría arruinándole económicamente.
Éste último Itzhak Stern es el que, al terminar de redactar la lista que contenía los cientos de nombres de prisioneros judíos que serían salvados, abría los ojos a su patrón constatando la importancia de esas simples hojas de papel:
“Mire… esta lista es el bien absoluto. Esta lista es la vida.
Más allá de sus márgenes se abre el abismo.»
Muchas veces usamos la expresión de «estar en estado de gracia» y posiblemente en alguna de esas ocasiones estemos siendo un poco exagerados. En nuestro caso, decir que Steven Spielberg, Liam Neeson, Ralph Fiennes y Ben Kingsley, estaban en estado de gracia cuando trabajaron juntos en «La lista de Schindler» es simplemente constatar un hecho y admirar su trabajo diciendo la pura verdad.
Ben Kingsley en «La lista de Schindler» («Schindler´s List«, Steven Spielberg, 1993)