Grandes escenas: «Love Actually»

Se acerca la Navidad y he pensado que no estaría mal ambientar el blog con alguna película que se desarrollara en estas fechas. Después de darle muchas vueltas he elegido «Love Actually«, una de las películas más románticas que he visto y con la que termino emocionado perdido cada vez que la veo…

Como veréis si seguís leyendo, en esta ocasión no se trata de una joya del cine, no hay unos diálogos brillantes, ni planos secuencia, o movimientos de cámara que llamen la atención. Esta vez lo que me gusta de esta película es la emoción que transmite. No faltará quien diga que es una de las películas más cursis que se han hecho, pero frente a eso sólo se puede decir que «para gustos, los colores». Y el «color» de esta película simplemente me encanta.

Love Actually - reparto - cast

Porque tierna y edulcorada será lo que cada uno crea, pero lo que no se puede discutir es lo impresionante del reparto que tiene. ¿Cuántas películas pueden contar con Liam Neeson, Emma Thompson, Colin Firth, Hugh Grant, Alan Rickman Rowan Atkinson? En ésta están todos ellos y lo hacen estupendamente.

Seguro que todos los que estéis leyendo esto habéis visto ya la película, pero por si acaso, os la resumo brevemente. «Love Actually» (que en castellano sería algo así como «Amor, en realidad«) cuenta varias historias que se van entrelazando y en las que el amor, en sus distintas formas, es el núcleo fundamental.Escenas de Love Actually - scenes

Tenemos el amor incondicional de una mujer por su hermano enfermo, el amor entre dos amigos de toda la vida, el amor herido pero latente en una pareja después de la infidelidad de uno de ellos, el amor prohibido entre un alto mandatario y una de sus colaboradoras, o el amor platónico de un niño hacia una compañera de clase…

Pero luego hay dos historias más, que son con las que siempre me emociono. En la primera de ellas está Mark, que durante toda la película se ha comportado de una manera bastante seca y maleducada con Juliet, que es la mujer de Peter, el mejor amigo de Mark. Durante las partes de la película en las que se nos cuenta su historia, esa distancia entre ambos la achacábamos a los celos que Mark tenía hacia Juliet porque en realidad estaba locamente enamorado de Peter y no podía soportar la posibilidad de perderlo.

Sin embargo, estando Juliet y Peter en casa en Nochebuena, suena el timbre de la calle y ella baja a abrir la puerta. Lo que se encuentra frente a ella siempre me ha parecido una de las escenas más románticas de la historia y además sin decir una palabra…

Mark (Andrew Lincoln) consigue captar toda la atención de Juliet (Keira Knightley) y la nuestra, conforme va deslizando los carteles. En las miradas de ambos podemos descubrir sorpresa, curiosidad, pena, un amor declarado, un «no» que ya se espera, una broma para quitar hierro al asunto, el reconocimiento de lo inevitable y el agradecimiento y alegría final con un firme propósito de empezar de nuevo.

¿Qué es lo que me gusta de estos dos minutos? La representación de un amor imposible, de su aceptación, el hecho de que todo ello se nos cuente con esos carteles, las caras de ambos, el villancico de fondo… No sé, el que no haya sentido un no alguna vez, viendo esta escena casi lo puede experimentar.

love-actually-cartelesJunto con la trama del matrimonio que siguen juntos después de una infidelidad, la historia de Mark y Juliet es de las tristes, pero en ambas nos queda la idea de que los protagonistas apuestan por seguir hacia adelante dándose a ellos mismos una oportunidad, y en el caso de Mark, dándosela a su propia vida, en la que pueden pasar muchas cosas sin necesidad de vivirla aferrado a lo que no pudo ser.

La segunda escena de «Love Actually» que (lo reconozco) me arranca unos lagrimones grandes como soles, es aquella en la que Jamie, un escritor inglés se presenta en el restaurante en el que trabaja Aurelia, una chica portuguesa que trabajó para él como asistenta.

Durante los días que coincidieron juntos, él escribiendo y ella organizando la casa, se sintieron atraídos el uno por el otro, pero estábamos ante otro amor imposible: ninguno de los dos sabía el idioma del otro para hacerse entender y explicar sus sentimientos.

Pero armado de valor ante la posibilidad de dejar pasar lo que podía ser el amor de su vida, Jamie se declara a Aurelia rodeado de un montón de desconocidos en un portugués bastante pobre, pero suficiente para hacerse entender…

La declaración de Jamie (el fantástico Colin Firth del que ya tratamos en las entradas de «Shakespeare Enamorado» o «El discurso del rey«), traducida a un castellano más comprensible, sería ésta:

«Bella Aurelia, he venido aquí para pedirte que te cases conmigo.

Sé que soy un loco porque no te conozco,

pero a veces las cosas las veo muy claras y no necesitan ninguna demostración.

Yo viviré aquí contigo o tú en Inglaterra conmigo.

Y ya sé que no estás loca por mí y que puedes decirme que no,

pero es Navidad y sólo quería saberlo…»

Y la respuesta de Aurelia, mucho más concisa, pero que llena de alegría al inglés, fue esta:

«Gracias, estaría muy bien. Era una pregunta fácil.»

El «sí» de Aurelia, junto con la reacción de todos los comensales del restaurante y la música compuesta por Craig Armstrong para «Love Actually» que va ganando ritmo y volumen poco a poco es, todo ello junto, un mecanismo perfectamente pensado para que terminemos emocionados.

love-actually-jamie-y-aureliaYo debo de ser muy simple (o muy predecible), pero si lo que querían director y guionistas era que el espectador llorara como si no hubiera un mañana, conmigo lo consiguieron la primera vez que vi la película allá por 2003, y lo siguen logrando cada vez que la veo.

Público aplaudiendo, orquesta tocando, beso final, y música in crescendo, no se me ocurre un final mejor para una trama en la que la impotencia que sentían los dos protagonistas sólo auguraba frustración y tristeza.

¿Se nota que me gusta «Love Actually«? Creo que sí, y creo que aunque la película pueda parecer un poco ñoña, de vez en cuando está bien sentir cosas así de intensas, en las que los buenos sentimientos y la sinceridad primen sobre lo demás. Y la Navidad (aunque no sólo en Navidad) es un buen momento para dejar salir estos sentimientos y, por supuesto, para ver una película como ésta. Con ella uno ríe, se emociona, llora y sueña, y todo eso en apenas dos horas. ¿Se puede pedir más?


«Love Actually» (Richard Curtis, 2003)


7 Respuestas

  1. Ivet dice:

    Adoro esta película, una de mis favoritas de todos los tiempos!!!

  2. Descartes dice:

    Me alegro, Ivet. Gracias por pasarte 😉

  3. Ramses dice:

    Casualmente acabo de ver la escena de la declaración y quedé enganchado una vez más con esta película. Suscribo totalmente tus palabras. Siento lo mismo cada vez que la veo.

  4. Descartes dice:

    Lo primero, Ramses, gracias por compartir en el blog tu opinión. Se valora mucho que dediques un momento para ello 😀
    Y me alegro de que coincidamos en el punto de vista. Hay posts en los que explicar lo que uno siente viendo una película es complicado, pero en el caso de «Love Actually» fue muy, muy fácil por lo intensidad en que nos llegan las emociones.
    ¡Saludos!

  5. Gerardo HS dice:

    Totalmente de acuerdo, siento lo mismo!

  6. Descartes dice:

    Me alegro un montón que coincidamos, Gerardo. Echa un ojo por el blog, igual hay algún otro comentario de película que te gusta.
    ¡Saludos!