Reseña: «El guardián invisible»

Lo reconozco: «El guardián invisible» no me generaba ninguna expectativa, e incluso de las películas que hay actualmente en cartel, no era ni la primera, ni la segunda que me apetecía ver. Pero la acción transcurría en mi tierra, y eso es lo que terminó decidiendo…

«El guardián invisible» fue la primera novela de la llamada «Trilogía del Baztan«, de la escritora Dolores Redondo. Era cuestión de tiempo que la novela fuera adaptada para la gran pantalla y, según todos los datos publicados, la película está repitiendo en los cines el mismo éxito que consiguió la novela en las librerías.

Para los que no hayáis leído la novela o visto la película, y siempre sin desvelar sorpresas, la acción se sitúa en Elizondo, un pueblo del norte de Navarra, en el que aparecen asesinadas una serie de adolescentes. La inspectora Amaia Salazar, natural de esa misma localidad, será la encargada de investigar los crímenes.

El guardián invisible - escenas - descartesnofuealcine.es

Como he dicho al principio, el hecho de que la acción de la película se desarrollara en lugares cercanos a donde vivo era lo que añadía cierto interés a una historia que no me gustó demasiado cuando la leí hace varios años, quizá por incluir en la trama elementos fantásticos que me parecían innecesarios para el hilo conductor… Pero -pensé- quizá la adaptación al cine sería una de esas raras excepciones que superan a la novela original… Me equivoqué.

Vamos primero con aquello que me gustó de «El guardián invisible«, ya me centraré después en lo que no me gustó tanto… La película es un thriller de corte clásico, con un inicio que en un par de minutos nos sitúa perfectamente en la acción: aparece una chica asesinada en mitad de un bosque y una inspectora de la Policía Foral de Navarra, Amaia Salazar, es asignada al caso. El planteamiento queda claro, la forma en la que es asesinada la muchacha genera interés y la localización de la historia en ese valle otorga al conjunto ese punto exótico que le diferencia de otras películas del género.

El guardián invisible - valle de Baztan - descartesnofuealcine.es

Los que conozcáis la zona en la que se suceden los hechos coincidiréis conmigo en que es una auténtica maravilla: espesos bosques, pueblos con casas de piedra y personas acogedoras, tímidas y con carácter, todo ello bajo una lluvia casi permanente. Y todo eso está muy bien reflejado en «El guardián invisible«, ayudado sobre todo por un fantástico trabajo de iluminación y fotografía. Los tonos grises de una gran parte del metraje daban a la película un aspecto original, muy muy cuidado, con un justo equilibrio entre la belleza del entorno y lo crudo de los asesinatos.

La protagonista es interpretada de una manera convincente por Marta Etura, ganadora del Goya a la mejor actriz de reparto por la fenomenal «Celda 211«. Su personaje es complejo, no un mero policía con un caso que resolver, sino una mujer nacida en el mismo lugar en el que tienen lugar los crímenes y con un pasado muy complicado que debe revivir en el curso de sus investigaciones. Tanto ella como su compañero y su jefe (Juan Carlos Librado y Pedro Casablanc, respectivamente) hacen un trabajo excelente.

El guardián invisible - reparto - descartesnofuealcine.es

Sin embargo, todos los puntos anteriores se quedan casi en anécdotas por un problema que, bajo mi punto de vista, es fundamental: los diálogos que escuchamos durante la película me resultaron forzados. Parecía que, en lugar de estar viendo a los actores y actrices en la pantalla, nos estuviesen leyendo pasajes de la novela. Y este hecho provocaba una sensación complicada de salvar en cualquier historia: la acción que presenciábamos perdía naturalidad y, por tanto, credibilidad.

El guardián invisible - escenas - descartesnofuealcine.es

Si a lo anterior se añade la impresión que me llevé de cierta exageración en algunas interpretaciones, «El guardián invisible» se quedó simplemente en una película entretenida, con una factura técnica realmente buena, pero que no consiguió transmitirme las emociones que quizá esperaba. Ojalá que en las siguientes entregas de la trilogía (que seguro que llegarán, a la vista del éxito de esta primera parte), se potencie esa naturalidad y se controlen estos excesos. En ese caso, el resultado que veamos puede ser algo de verdad sensacional.


«El guardián invisible» (Fernando González Molina, 2017)