Reseña: «La bella y la bestia» (2017)

Me acuerdo muy bien del día en que vi la versión animada de «La bella y la bestia» en 1992. Fue uno de mis primeros musicales y sus canciones nunca han llegado a escapar de mi cabeza. Algo espectacular. Con semejante recuerdo, la nueva versión con personajes reales que nos trae Disney no partía en buena posición para igualar a la original…
Después de la campaña de publicidad que ha tenido este año la adaptación de «La bella y la bestia«, reconozco que no tenía demasiadas ganas de ver la película. Lo primero que pensé fue ¿qué necesidad hay de repetir la historia? ¿Únicamente para ver personas reales en lugar de dibujos animados? La verdad es que la idea no me resultaba nada atractiva y presagiaba un desastre. Era como si quisieran hacer una segunda parte de «E.T.» o «Los Goonies«, ¿para qué?
Tampoco tenía muy claro si esta nueva adaptación sería un remake «plano a plano» del estilo al que perpetró Gus Van Sant con su «Psicosis» de 1998, por la que el bueno de Hitchcock todavía debe de estar retorciéndose allá donde descanse. Acordarme de este caso que os digo hacía que me saltaran todas las alertas y que me temiera lo peor para este clásico de Disney.
Pero no, la nueva «La bella y la bestia» no es una copia literal del original animado. Se trata de una adaptación absolutamente fiel pero en la que se introducen novedades que completan el argumento por medio de nuevos diálogos, situaciones y canciones. Lo primero que llama la atención es ver el despliegue de medios en la producción: decorados, vestuarios, maquillaje, efectos digitales… cada plano es una obra de arte, cada momento da vida a aquellos fotogramas animados que recordábamos de la versión de hace 25 años.
¿Pero quiere esto decir que esta versión mejora a la anterior? En absoluto. Viendo esta adaptación (y recordando siempre la animada) concluyes que el ritmo original se ha perdido casi completamente. Entiendo que la introducción de alguna trama argumental y diálogos extras fueran necesarios para que los 84 minutos de la película de 1992 se alargaran hasta los 129 de la nueva, pero creo que había momentos en los que esas novedades en la historia y la introducción de diálogo en algunas canciones era algo completamente innecesario.
Algunos me diréis que esta opinión sólo puede darse porque el que escribe mantiene en un pedestal a aquella película de dibujos que vio en su juventud y que no ha tratado a la nueva versión como merece, como una película independiente. Amén. Toda la razón, pero creo que eso es algo simplemente inevitable cuando la obra que se quiere adaptar ha trascendido de mera película para convertirse en todo un clásico.
Pero no penséis que no disfruté la película. No lo hagáis, porque os estaríais precipitando. Además del aspecto visual de la cinta, hubo algo por lo que volvería a ver «La bella y la bestia«: una de las nuevas canciones compuestas expresamente para esta versión de 2017.
Alan Menken es el compositor de los grandes éxitos de Disney, desde «La sirenita» hasta «Pocahontas«, pasando por «Aladdin» y «El jorobado de Notre Dame«. Las canciones que compuso para «La bella y la bestia» en la versión de 1991 son ya auténticas leyendas. Pero en esta adaptación ha compuesto un par de canciones realmente buenas, una de ellas algo fuera de serie.
Esta canción de la que os hablo introduce una escena en la que Bestia se lamenta por el hecho de que Bella se ha marchado del castillo para salvar a su padre. En la versión que se hizo para Broadway, Alan Menken compuso para ese momento «Si no puedo amarla» («If I can’t love her«) y en ella Bestia se nos mostraba derrotado y al borde del suicidio. Ya no había esperanza para él, y la canción expresaba a la perfección ese abatimiento, con un final simplemente épico en el que el cantante mantiene una nota en lo más alto durante 15 maravillosos segundos. Aquí tenéis la canción.
Pero para la nueva versión de este año, no se ha conservado esa canción, sino que Menken ha compuesto una nueva en la que aquella desesperación se convierte en resignación. Ahora Bestia al quedarse solo ya no valora la posibilidad de morir; lo único que le queda es esperar a que Bella decida volver a su lado.
Y esta es la canción que me ha cautivado, por la que creo que merece de verdad la pena volver a ver esta película. En castellano la han titulado «Esperándola sin más» («Evermore«, en inglés). La unión de la partitura de Menken con la voz de Ignasi Vidal en la versión española (y Dan Stevens en la inglesa) elevan este momento a pura emoción. La lejanía y cierta frialdad que hasta ese momento me habían despertado en «La bella y la bestia» se convirtieron en lágrimas cuando escuché este «Evermore«.
Desde esa escena hasta el final la película ganó enteros y consiguió que saliera contento de la sala. Además, y aunque sólo fuera por breves instantes, era en esos últimos momentos de la película en los que, uniéndose a unos buenos Emma Watson, Kevin Kline, Luke Evans y Dan Stevens como Bella, Maurice, Gastón y Bestia, veíamos por fin a los actores que ponían el alma a los personajes legendarios de «La bella y la bestia«.
Ahí aparecían ante nosotros Emma Thompson como la Señora Potts, Ian McKellen como Ding-Dong, Ewan McGregor como Lumière o mi adorado Stanley Tucci como el temperamental clavicordio Cadenza. El reparto completo es simplemente un éxito.
«Entonces, ¿voy a verla o no?«, os estaréis preguntando. Hacedlo. Pero si habéis visto la versión animada de 1991, creo que no podréis evitar compararla con ella y no sé si superará la prueba por la pérdida de ritmo a lo largo del metraje. Si por el contrario no conocéis esa primera película o apenas la recordáis, seguro que esta adaptación os gustará. En todo caso, sólo por las nuevas canciones, merece la pena la entrada.
«La bella y la bestia» («Beauty and the Beast«, Bill Condon, 2017)
La película me gustó mucho peeeero (por ponerle alguno) tiene el mismo «fallo» que la original y es que Bella debería quedarse con Bestia y no con los rubios que aparecen al final en ambos casos. Bestia es un amor y la belleza «está en interior».
Fui el otro día y me encantó,lógicamente no es del todo exacta pero si muy semejante,yo también noté unas cuantas escenas de más que nunca vi en la original pero solo fue eso lo único que me fallo con la de toda la vida …
Pero las reglas que puso la bruja cuando lanzó su maldición fue que o surgía amor verdadero, en cuyo caso volvería a ser un humano, o se convertiría definitivamente en bestia 🙂 Ahí está la diferencia entre Disney y Dreamworks, que en el caso de Shrek, en el momento final es la princesa la que se convierte en ogro.
Pues me alegro de que la disfrutaras tanto. Yo me sigo quedando con la original, pero me encantó la canción de Bestia en el momento que Bella le deja solo en el castillo. ¡No paro de escucharla!