Grandes películas: «Amadeus»

Seguro que muchos de los que leéis el blog habréis visto la película de la que hablaremos hoy. Se titula «Amadeus«, la dirigió Milos Forman en 1984 y es una joya que me dejó impresionado desde la primera vez que la vi.

A los que no la hayáis visto os diré que «Amadeus» trata sobre la vida de Mozart, pero no solo eso. La obra está basada en una obra de teatro que jugaba con la idea de que el genio austriaco era asesinado por otro compositor, Antonio Salieri, que le odiaba por no tener su mismo talento y que terminaba sus días trastornado, encerrado en un manicomio.

Amadeus - cartel - descartesnofuealcine.esAsí, la película nos acerca a la vida de Mozart pero desde el punto de vista de ese otro músico. Salieri cuenta la historia de cómo conoció a Mozart, cómo descubrió su genio y cómo se dio cuenta de que nunca podría llegar a tener ni una mínima parte de su talento. Y se la cuenta a un sacerdote que ha ido a ese manicomio a escucharlo en confesión. Mediante flashbacks somos espectadores de esta historia de celos, humillaciones y música, mucha música.

Amadeus - Salieri anciano - descartesnofuealcine.es

Así es como comienza la película, con Salieri, anciano y enajenado, pidiendo clemencia a gritos:

«¡Soy tu asesino! ¡Yo te maté! ¡Sí, yo te maté! ¡Perdón! ¡Pietá, Mozart, pietá!»

El argumento es muy atractivo, porque siempre nos genera cierto morbo el hecho de que en una historia completamente normal aparezca un elemento insano (como en este caso, un asesinato), que convierta lo corriente en algo insólito. Mozart y Salieri se conocieron y es posible que se detestaran, pero ¿no es mucho más seductor pensar que Salieri planeara matar a Mozart por los celos que le despertaba su talento?

Amadeus - Salieri y Mozart - descartesnofuealcine.es

En la película vemos la lucha de dos actores que hacen un trabajo fantástico: F. Murray Abraham, interpretando al visceral Salieri y Tom Hulce, en la piel de un Mozart infantil, grosero y libertino, pero no porque realmente lo fuera, sino porque así es como lo veía su competidor. Ambos lucen magníficos en sus roles, pero fue F. Murray Abraham quien se llevó el Óscar al mejor actor en 1984, a modo de justicia poética (o quizá vengativa) en la medida en que por fin era Salieri quien superaba a Mozart en algo, aunque fuese en una película y un par de siglos después.

Además de las interpretaciones, la película tiene en mi opinión dos grandes aciertos. En primer lugar, la ambientación. El trabajo de mostrarnos Viena con sus calles, sus fiestas, la vida en la corte con el emperador, los teatros o las representaciones de ópera es simplemente formidable. Los colores en el teatro, el vestuario de los personajes o la riqueza de la decoración consiguen que sepamos cómo era esa época y cómo era esa ciudad… a pesar de que la película se rodara en Praga.

Amadeus - Aciertos - descartesnofuealcine.es

Pero, y sin desmerecer lo anterior, el mayor atractivo de la película es sin lugar a dudas el mérito de haber conseguido convertir la ópera, la música de Mozart en el protagonista absoluto de la cinta. En todo momento escuchamos obras del austriaco. Para los que amamos su música, la película es su homenaje, un disfrute sonoro desde que empieza hasta que acaba. Pero incluso para los que no la conocen, «Amadeus» consigue que su música sea algo fascinante, un mundo en el que desea uno sumergirse. La música es en la película el arte perfecto, el que logra transmitir belleza y armonía. Definida por el propio Mozart,

«Sólo la ópera nos permite eso. En una comedia, si habla más de una persona al mismo tiempo, hay tanto ruido que no se entiende una palabra. Pero con la ópera, con la música… con la música podemos hacer que veinte personas hablen al mismo tiempo y ya no hay ruido, sino perfecta armonía.»

amadeus-frase-mozart

Y es la música también el hilo conductor de la trama. En la película asistimos a conciertos de cámara, estrenos de óperas famosísimas como «El rapto en el Serrallo«, «Las bodas de Fígaro«, «Don Giovanni» o «La flauta mágica«, e incluso presenciamos cómo componía Mozart sus obras, en este caso, la misa de «Requiem«.

Son estas secuencias en las que la música es el eje principal, las que consiguen transmitir toda la pasión por la obra de Mozart, y en particular son tres los momentos los que merecen un puesto de honor.

Amadeus - Salieri partitura 1 - descartesnofuealcine.es

El primero, cuando Salieri lee la partitura de la «Serenata para vientos«. Es en ese momento cuando el italiano reconoce el talento de Mozart, descubre la perfección de esta pequeña obra, casi un divertimento. Con ella Salieri descarta la posibilidad de que el éxito de Mozart, al que creía «un mono amaestrado» por su padre, fuese una simple casualidad. Así describe lo que lee:

amadeus-frase-salieri

«Sobre el papel no parecia nada, un comienzo simple, casi cómico… Una cadencia: fagots, clarinetes… igual que una caja de ruidos. Luego, de repente, imponiéndose… un oboe… una sola nota mantenida en el aire. Hasta que el clarinete toma el relevo… La dulcifica y la convierte en una frase deliciosa. Aquello no lo compuso un simple mono amaestrado. Era una música que yo no había oído… Henchida de anhelo, de un insaciable anhelo… A mí me parecía oír con ella la voz de Dios.»

Amadeus - Salieri partitura 2 - descartesnofuealcine.es

En mi segundo momento favorito Salieri también tiene en sus manos la obra de Mozart, y la va ojeando. Son las partituras originales y Salieri busca errores o tachaduras que dejen entrever que Mozart es humano, alguien capaz de equivocarse. Pero no, en esos papeles lo único que se observa es excelencia, pureza a un nivel tan alto, que descoloca y también maravilla a Salieri:

«Sorprendente… más aún… ¡increíble! El primer y único borrador de su música. A pesar de ello, ni una sola corrección, ¡ni una! Se limitaba a transcribir la música que surgía de su cabeza, página tras página, como si estuviera escribiendo al dictado. Tan acabada como yo no podía imaginar… Cambias una nota y empeora sensiblemente, cambias una frase y la estructura se desploma. Esto evidenciaba que aquel sonido que oí en el palacio del Arzobispo no era un simple accidente. De nuevo era la voz de Dios, que surgía en el entramado de sus meticulosos trazos, la más absoluta belleza…»

Amadeus - Requiem - descartesnofuealcine.es

Y el último momento es aquel en el que Mozart, enfermo de unas fiebres e incapaz de escribir, va dictando a Salieri una de las piezas del «Requiem» para poder terminar la obra a tiempo. El sentimiento que vemos en la piel de Salieri es en esta ocasión la frustración, casi la humillación al ser consciente de que ni siquiera es capaz de alcanzar al genio de Mozart transcribiendo lo que éste le dicta. La belleza de la escena está también en cómo se desmenuza uno de los fragmentos del «Requiem» (el «Confutatis«) por voces, por instrumentos, para escucharlo al final todo a la vez. A mí me parece una maravilla de secuencia:

En fin, este ha sido mi pequeño homenaje a una película fantástica que recrea la época y la obra de mi compositor favorito. Creo que al director, Milos Forman, también le gustaba el genio austriaco. Si no, no veo posible transmitir tan bien como lo hace la pasión por una música que, tal y como dicen ambos protagonistas, es «pura armonía«, «la más absoluta belleza«.


«Amadeus» (Milos Forman, 1984)


8 Respuestas

  1. Esta y Farinelli fueron las que marcaron mi paso por el conservatorio. Muy buena.
    La parte donde se describe la sencillez de la musica, es genial si. Pero sobre todo, porque es sencilla, por separado, cada linea, no tiene nada, pero el conjunto, la armonia la hacen excepcional.

  2. MiguelM dice:

    ¡Peliculón!
    Y criticón (como siempre) 🙂

  3. lsw3 dice:

    Igual yo, impresionada y encantada desde la primera vez que la vi! Que bueno describiste lo de la música, no lo había visto asi pero de verdad, es la protagonista 🙂

  4. Descartes dice:

    Entre «Farinelli» y ésta, creo que me quedo con «Amadeus». Tengo que reconocer que la secuencia inicial de «Farinelli» en la bañera, cuando se le «consigue» al muchacho la eterna voz de soprano, me dejó demasiado impresionado… De todas formas la música es igualmente soberbia.

  5. Descartes dice:

    Me alegro de que te guste, Miguel. Tendrías que poner tu escena favorita, ¿te animas?

  6. Descartes dice:

    Oye, Lisa, veo que coincidimos en muchas películas, ¿eh? 😉 ¡Gracias por comentar!

  7. Salieri dice:

    Es una muy buena pelicula!, pero lo siento debo decir que es una ficción, no se apega a la historia o datos fidedignos: Y deja mal parado al gran Maestro Salieri, y como un dios a Mozart. Por eso no estoy muy deacuerdo, como fantasía bien, pero no como lo que realmente es.

  8. Descartes dice:

    ¡Hola, Salieri! Seguro que es como dices y que, como obra de teatro que era, y como adaptación de esa obra de teatro que es, la película no deja de ser ficción. Sin embargo, en la medida en que la película es un homenaje a la música de Mozart con sus óperas como un protagonista más, la verdad es que si pasó así o no, deja de ser lo principal (bajo mi punto de vista, vamos). Además, me gusta pensar que si los dos músicos se conocían, al menos es posible que pudieran tener algún roce y, de ser así, se podría justificar que la imagen que tenía Salieri de Mozart estaría tan distorsionada como la que vemos en la película.
    En todo caso, muchas gracias por comentar en el blog. ¡Un saludo!