Como ya comenté en la entrada anterior, después de una votación entre «Everest» y «El caso Heineken» que quedó muy ajustada entre los once que nos juntamos para ir al cine, la balanza se decantó por esta cinta en la que -a priori- sus únicos atractivos parecían ser Anthony Hopkins y una trama en la que se relataba la planificación, ejecución y desenlace del secuestro del propietario de la conocida marca de cerveza que tuvo lugar en Holanda en 1983.
Ambos puntos eran suficientes para entrar en la sala, porque no sabía nada de este secuestro y siempre resulta atractiva una película de tipo «atraco perfecto». Y desde luego que la presencia de Anthony Hopkins es más que suficiente para dar una oportunidad a una película, así que allí entramos toda la troupe. ¿Queréis saber mi opinión? Vamos allá…